jueves, 1 de marzo de 2007

¿Por qué lo he soltado?

Soy un hombre de paz, y como hombre de paz, no puedo permitir la muerte de inocentes. Lo he soltado porque la idiosincracia personal del sujeto a liberar impedía, por un minuto, por un instante, por un segundo más, mantener la condena infame a la que estaba sometido este buen hombre de paz. Por 25 accidentes, queréis culparlo, pero yo, en recuerdo de mi abuelo, aquel que me decía "más pan y menos manteles", he decidido liberarlo. Por eso inicio este blog, para explicar, cada vez que entendáis que he hecho el bobo, que no, que mis decisiones son motivadas por un ansia irrefrenable de paz, de cordura, de amor, de alianza de civilizaciones con las que combatir el desprecio con el que la odiosa derecha intenta mantener el terrorismo en este país.

Hoy, un hombre de paz, ha sido puesto en libertad, espero que pronto vuelva a liderar a la izquierda abertzale y a propagar su palabra y sus ideas por el mundo. Por Madrid, que aquellos que murieron en los accidentes mortales, entiendan porqué hoy liberamos a este luchador, a este gudari, a este héroe donde los haya.

No podía consentir, ni por un leve suspiro más, que Iñaki, el hombre guía y faro de la paz en Euzkadi, continuara encarcelado, alimentado por los bajos de una mujer. Iñaki, amigo mío, no sólo de conejo vive el hombre, aunque tú, durante tantos días, has demostrado lo contrario.